martes, 8 de marzo de 2016

Guanaja
Esta isla tuvo el honor de haber sido descubierta por Cristóbal Colón durante su último viaje a América en 1502. Al arribar a sus costas, le sorprendió la gran cantidad de pinos que había, por lo que la llamó la Isla de los Pinos. Aún hoy, Guanaja cuenta con una importante población de pinos caribeños que le dan un estilo distinto al de las otras islas de la Bahía. El estilo colonial de la arquitectura y las calles son un punto bellísimo para descubrir y disfrutar.

Para unas vacaciones tranquilas y alejadas de las multitudes, éste es sin dudas el lugar ideal. Con hoteles de todo tipo (pequeños y familiares o lujosos con muchas habitaciones), el lugar ofrece también excursiones que incluyen buceo, paseo en lancha, pesca y caminatas por las cascadas dentro de los bosques. Como plus, la vista del horizonte y de las demás islas de la Bahía que se logra desde la montaña más alta de Guanaja es impactante y única en el Mar Caribe.

    

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Utila

Es la más pequeña de las tres Islas de la Bahía y está a menos de 30 km de la costa Atlántica de Honduras. Los autos son casi inexistentes, ya que debido al reducido tamaño de Utila, la gente se moviliza a pie, en bicicleta o en moto.

Blue Bayou es uno de los puntos más populares de esta isla. Allí están las mejores playas, de agua turquesa y arena como harina, justo al lado de la Laguna Inferior.

Famosa porque ofrece la posibilidad de poder certificarse como buzo a un precio bajo y con los mejores profesores, la isla es el edén de la tranquilidad y el silencio. ¿Una curiosidad? La energía eléctrica del lugar tiene sus limitaciones y a la madrugada se corta. Sin embargo, los hoteles más importantes tienen sus propios motores para autoabastecerse.

Si pasas por Utila, no puedes dejar de visitar sus pintorescos lugares como la galería de Gunter, un buzo y artista austríaco, que ha hecho la mayoría de los mapas de relieve de la isla, además de realizar trabajos con madera recuperada del mar y joyería de coral. También está Pumpkin Hill, la única montaña que ofrece vistas de casi toda la isla.

          
ISLAS DE ROATAN
Por ser la más grande (80 km cuadrados) es la que más visitantes recibe y la que cuenta con mayor capacidad y ofertas turísticas, basadas en las arenas blancas y finas que recubren los largos perímetros de playas.

Fuera de la costa de la Isla se encuentra la segunda barrera de arrecife más grande del mundo, residencia de peces y plantas de colores y formas impensadas; un factor más que atractivo para los fanáticos de la vida acuática y el buceo de todo el planeta.

Bucear, nadar con delfines, hacer snorkel, pasear en canoas o botes con el piso transparente (para ver a las tortugas marinas, las rayas manchadas y todas las especies de peces) son aventuras que hay que aprovechar. Hay muchas empresas que proveen las más variadas formas de llegar a las profundidades submarinas: se puede hacer buceo de profundidad o vivir la experiencia de sumergirse de noche.

Pero la vida de Roatán no se agota en las actividades acuáticas. Se pueden realizar cabalgatas por la playa, visitar el Butterfly Garden, donde todas las variedades de mariposas, árboles y plantas tropicales te dan la bienvenida. Además, la selva puede ser vista desde un paseo en funicular o teleférico, donde desde la altura se vislumbra la grandeza de la naturaleza. 

          
                      ISLAS DE LA BAHIA

Las Islas de la Bahía constituyen el baluarte turístico, de flora, fauna y arrecifes más importantes de Honduras. Las características naturales de Roatán, Guanaja y Utila son opuestas al continente y brindan actividades y paisajes dignos de los mejores lugares de la tierra.

La historia de las Islas de la Bahía de Honduras transcurrió bajo una puja de poder, donde los españoles y los británicos se disputaron la hegemonía durante la colonia. Justamente por eso el inglés es el idioma más fuerte, hasta hay personas que no hablan español, aunque pertenezcan a un país cuya lengua oficial es el castellano.

Las tres islas –Roatán, Guanaja y Utila– cuentan con la infraestructura turística necesaria para recibir tanto a visitantes 5 estrellas como a algunos que cuiden su bolsillo, ya que hay opciones para todos los gustos que ofrecen lo mejor para enamorarse de estos rincones mágicos. Gran abanico de hoteles, empresas de entretenimiento, buceo, paseos en bote por aguas transparentes y fantásticas opciones gastronómicas ayudan a que las islas se posicionen como un destino turístico integral.


CAYOS COCHINOS


EL Hog Keys o Cayos Cochinos son unos cayos únicos localizados a solo unos cuantos kilómetros de la costa. Han sido declarados como parque nacional por el gobierno de Honduras y un patrimonio de la humanidad por la UNESCO. La reserva administrada por el Instituto de Smithsonian de Washington D.C. tiene acceso limitado e incluye ambos de los arrecifes, parte de la segunda barrera de arrecifes más grande del mundo, la vegetación y la vida silvestre de los cayos. Este tour es por lancha desde La Ceiba, incluye almuerzo en un restaurante local y equipo de snorkel. En adición caminaremos por uno de los caminos de los cayos, dándole un ejemplo de la riqueza natural de la reserva marina.


Es curioso pero hay lugares que logran una buena promoción sólo cuando forman parte del escenario natural de un programa de televisión. Eso es lo que ha sucedido con, cayos cochinos,  un sitio paradisíaco ubicado en  que se volvió honduras  de la mano del concurso “La isla de los famosos”.Estos 13 cayos están situados sobre el  mar Caribe y forman parte de las islas de la Bahía y muy cerca de Roatán o Utila, dos islas que reciben una mayor afluencia de turistas debido a que cuentan con un servicio de transporte regular.

En el caso de Cayos Cochinos, lo que podemos vislumbrar es un paisaje de ensueño que permanece casi en estado natural y es por eso que ha sido catalogado como Reserva Biológica en 1993 y Monumento Natural Marino en 2003. El gobierno hondureño ha puesto especial empeño en su conservación debido a su gran riqueza. Allí podéis encontrar aguas cristalinas, playas vírgenes y hermosas barreras de corales.

 Si bien los cayos no están totalmente deshabitados son pocos los que viven allí, apenas un centro de investigación, y la población garífuna, habitantes autóctonos que nació del mestizaje de la comunidad precolombina, los esclavos que sobrevivían a los naufragios y los españoles.
Para llegar, es posible contratar un tour o bien optar por los pescadores locales que os recogerán al momento deseado.

















Refugio de Vida Silvestre Cuero y Salado

A  solo 27 km al oeste de la ciudad portuaria de La Ceiba, entre los ríos Cuero y Salado, en la Costa Caribeña, se localiza el refugio de vida silvestre Cuero y Salado. La reserva cuenta con un área de 132.25 hectáreas que comprende dos ecosistemas muy ricos en diversidad como lo son el bosque húmedo tropical y el bosque de manglar. Fue designada como área protegida en 1986 para la protección de especies amenazadas como lo es el Manatí, también la necesidad de proteger algunos de los humedales de la costa. Una gran parte de la Costa Norte de Honduras estuvo cubierta por humedales similares. Pero muchos de estas áreas de humedales de mangle han sido convertidos en áreas de pastar o para plantaciones, transformando Honduras apresurad amente y de manera descontrolada debido a la de forestación, con el incremento del desarrollo costero, crecimiento de la población y desarrollo no sostenible.


Quince de los ríos que se originan en la Montaña de Nombre de Dios alimentan el refugio. El mangle es una planta que a través del tiempo a logrado adaptarse a condiciones extremas de humedad y salinidad. Esta planta es capaz de sobrevivir en aguas salobres cargadas de material orgánico que ocasionan escasez de oxígeno, a través del desarrollo de raíces aéreas o zancos que poseen pequeños poros respiratorios que le ayudan a la planta a compensar de manera directa la falta de oxígeno en el suelo. Su corteza es capaz de producir un fuerte tanino natural (de valioso uso industrial) por lo que las aguas de un ecosistema de manglar se ven siempre oscuras.

Los bosques de Mangle son comunidades arbóreas que corresponden asociaciones edificas secas y húmedas, debido a inundaciones cíclicas de aguas salinas o salobres ocasionadas por las mareas o por el rompimiento de las barreras naturales (bancos de arena) que se forman en la desembocadura de ríos o lagunas, en el mar. Estas densas barreras arbóreas que se desarrollan a lo largo de las costas, le brindan a las áreas naturales y agrícolas que se encuentran en tierra adentro, protección contra el viento y las inundaciones.